sábado, 7 de agosto de 2010

Día en Cataratas del Iguazu


La ametralladora de flashes de Wanda se quedo corta.
El sol al fin se asoma entre las pocas sombras que quedan hoy y con sus rayos tenues roza el rocío lagrimeado sobre la tierra colorada y húmeda. Esa caricia empapa mi nariz con un aroma dulce y delicado proveniente de las profundidades de la selva mientras recorro las vías que la atraviesan. Un tren que penetra en el corazón de una de las futuras siete maravillas de la naturaleza y descubre solo un poco del misterio que ocultan estos muros verdes. Curiosos cuatíes, aves y mariposas multicolores. Amarillo, verde, azul y rojo. Segunda estación de nombre aterrador. La corriente amalgamada en color plata y verde oliva invita a seguir pisando ansiosos este sendero metálico. Los sujetos ciegos quieren llegar no importa la velocidad, no se quieren ensuciar las botas de cuero de caña alta con suelo autóctono. La caótica corriente no les llama la atención prefieren ver sus pasos y llegar. La verdad me fastidian mucho y para colmo no crecio cucumelo. No hay silencio, no hay meditación, no hay contacto, mezcla ni naturaleza solo un sonido enlatado. La ametralladora de Wanda se quedo mas que corta. Flash Flash Flash. El borde de la valla es tan requerido que me siento en el subte un día lunes durante hora pico, intentando salir a una estación poco concurrida. Pero nada de eso importara en los próximos 15 minutos cuando el ultimo muro verde se hará a un lado cual telón para darme un primer impacto.
Cuenta la leyenda que hace muchos años, habitaba el río Iguazú, una enorme y monstruosa serpiente cuyo nombre era Boi.
Los indígenas guaraníes debían una vez por año sacrificar una bella doncella y entregársela a Boi, arrojándola al río. Para esta ceremonia se invitaba a todas las tribus guaraníes, aún a las que vivían más alejadas.
Fue así que un año llego al frente de su tribu, un joven cacique cuyo nombre era Tarobá; el cual al conocer a la bella doncella india, que ese año estaba consagrada al sacrificio y cuyo nombre era Naipí, se reveló contra los ancianos de la tribu y en vano intentó convencerlos que no sacrificaran a Naipí.
Para salvarla sólo pensó en raptarla y la noche anterior al sacrificio cargó a Naipí en su canoa e intentó escapar por el río.
Pero Boi que se había enterado de esto, se puso furiosa y su furia fue tal que encorvando su lomo partió el curso del río formando las cataratas, atrapó a Tarobá y a Naipí. A él lo transformo en los árboles que hoy podemos ver en la parte superior de las cataratas y a la cabellera de la bella Naipí en la caída de las mismas. Luego se sumergió en la Garganta del Diablo, y desde ahí vigila que los amantes no vuelvan a unirse. Pero, sin embargo, en días de pleno sol, el arco iris supera el poder de Boi y los une...
El borde de un agujero en el alma de la selva parece querer tragarse cualquier cosa que se anime a aventurarse y espiar la verdad oculta bajo esta nube algodonada. Llego. ¿Fueron quince, veinte, treinta, horas o la eternidad? No se… Mil relojes no marcan las horas como estar ahí parado en el borde, solitaria y pequeña, diminuta existencia. El aire rebota como pelota y con latigazos me empapa. Su pureza y potencia hacen que mis pulmones quieran más de este aliento mojado que grita entre truenos desde su garganta sin fondo los latidos de un corazón latinoamericano. Las palabras no bastan. Callo y respiro.
A pesar de estar rodeada de tanta maravilla las hipótesis del primer día resultan comprobadas dos horas después. No puede faltar la tienda de regalos y los centros de comida rápida embellecidos por una leve deforestación a su alrededor. No faltan los helicópteros ilegales que por solo cien dólares desconciertan a la fauna autóctona durante diez minutos del lado brasilero. No faltan los botes de goma que te llevan a la “Gran Aventura” por doscientos pesos. La montaña rusa y la vuelta al mundo. Es un parque de diversiones.
- Hay que maravilloso. – dice una mujer con abrigo de piel y anteojos de sol en un día que todavía se esta despejando. Esa apreciación es mencionada cuando la guía relata un cuento de fantasmas: Videla llego a estos parajes en los años 70 y al no tener un lugar cómodo en donde asentarse con sus as del club Paris, ordena la construcción de un hotel que hoy pertenece a la cadena internacional Sheraton. Este cuento no es cuento, es historia y se ve reflejada en los ventanales de esa caprichosa construcción. Las venas de este corazón tienen un quiste lleno de veneno. Una joya extraída, pulida y publicada en tapa de revista por los vampiros mayores.
El recorrido continúa. Logro perderme. Detras el arcoiris el tesoro me deja boquiabierta. Tarobá y Naipí se unen...

viernes, 6 de agosto de 2010

Día en Wanda


Ametralladora de flashes en Wanda. Testimonios digitales que valen más que escuchar al guía que deja colgado en el viento su explicación del por que como si fuera el agua que escurre entre las bifurcaciones de la roca a razón de esta molesta lluvia. Ni siquiera su atractivo acento extranjero acapara toda la atención.
A 40 kilómetros de Puerto Iguazú recostada sobre el caudaloso río Paraná encontramos las famosas minas de Wanda. El origen del nombre de la ciudad tiene varias historias. Entre ellas se dice que hace alusión a una princesa polaca que vivía en la ciudad de Cracovia, quien se sacrificó por su país, arrojándose al río Vístula para no casarse con el príncipe heredero al trono alemán. Otra versión muy aceptada asegura que hace alusión al nombre de la hija del Mariscal Piłsudski del ejército polaco (un héroe polaco). De ser real o de formar parte del imaginario popular tambien es la historia del descubirmiento casual de las piedras preciosas donde la busqueda de un jabon perdido en el rio sirvio como X de mapa del tesoro. Bajamos con nuestros respectivos distintivos. Soy la número 19 del grupo número 19 que visita el día de hoy las brillantes decoraciones de viejas burbujas volcánicas. Restos de geodas que se asoman entre las fisuras de la tierra para centellear ante los ojos asechantes de los turistas. Adornos que como tesoros son visitados día a día en estas temerosas cavernas que dejo atrás la explotación minera. A la multitud le gustan los minerales de estos oscuros túneles que soberbios se tornasolan en un día oculto tras una humareda gris. Cielo que de vez en cuando moja los cristales.
Algunos tocan las piedras en busca de energías positivas otros incrédulos y con miradas de desden por vergüenza no los imitan. Miran, tocan, deambulan y velozmente vuelven al rebaño para ser llevados luego al corral para esquilar, pero no sin antes buscar a la oveja descarriada que no le gusta seguir pasos ajenos. En dicho corral esta prohibido tocar y esta prohibido sacar fotos. Las gemas están perfectamente organizadas por color, textura, forma pero el criterio fundamental es el precio. La creatividad se escapa de las manos del artista para volcarse en diseño y más tarde en creación. Variedades de cuarzos, ágatas, cristal de roca, amatistas y topacio forman el cuerpo de cientos de objetos con la misma forma de tucán, la misma forma de cenicero, árbol de la vida, relojes, etc. Artesanías que quedan en un segundo plano cuando las joyas semipreciosas se exhiben presuntuosas. Muchos maravillados salen desilusionados para luego ser consolados con un pedacito de roca brillante de esta meseta colorada con sabor a mate. Regalo de despedida, souvenir del mañana. Ascensor de energías positivas a nuestras chacras. Verdadero, falso, útil o inútil. Creer o reventar.
Falta, poco pero falta. Tramiterio de aduana. Araceli González con la misma publicidad le da la espalda en portugués a su versión argentina. Ya no es la ruta solitaria la única que irrumpe en la selva, ahora es toda una ciudad. Foz de Iguazú espera, con sus avenidas y paquetes premeditados de hoteles y restaurantes, que el turista se sienta cómodo y relajado. 24 horas piden un descanso horizontal.