miércoles, 27 de octubre de 2010

Tarde de Pepsi Music


Una competencia en búsqueda de LA canción perfecta, marcada característica de los artistas reunidos en esta maratón musical. Canciones que van escalando grados hacia el cielo nublado de este día fresco, hasta llegar a su tope con el artista que sin duda ha marcado historia por su facilidad para crear hits con canciones que quedan sellados en la memoria emotiva de todos ¿Quién no sabe una canción de Andrés Calamaro? Un recorrido cancionero que despierta diferentes paisajes en la historia personal de los fanáticos que se atreven a llevar su cara en sus remeras, y otros que no tan conocedores se conforman con escuchar ese tema que sirvió de vehículo desgarrador en momentos de crímenes perfectos o cuando los estaban atrapando otra vez… - ¡¡¡Por esta canción me cagaste la entrada!!!- le gritaba alguien entre lágrimas.

Son las cuatro de la tarde de un sábado de octubre. Seguridad te grita “ticket ticket” en la pasarela de la entrada, estoy teniendo un deja vu pero le cambiaron el telón al paisaje. La puesta en escena se desarrolla este año en un lugar alejado de la anciana que no soporta los ruidos estruendosos y deliciosos del rock. Nos acercamos a la costa de frescos aires con olor a rio. Este año el festival de la gaseosa 2010 se presenta en Costanera Sur y nos acercamos a presenciar la última fecha de color local. Una fecha en la que sus grandes artistas populares cubren la falta de organización y esplendor de los escenarios, el costo mayor de las entradas en comparación con otros años, la mala ubicación de un polvoriento escenario numero dos que no deja garganta sin tierra y un sonido no espectacular. Los que asistieron a los anteriores pepsi saben de lo que hablo. A pesar ello, el artista esta y su micrófono espera listo.
En la entrada nos da la bienvenida Javier, el otro Calamaro. Nos relajamos de la caminata larga entre el mate del poco pasto que nos brinda este predio, sonidos divertidos de murga en un rincón bien escondido y lentes 3D que estúpidamente todos probamos. Un mate mas y ya vamos… quiero acostarme un rato entre Ella dijo de Estelares y un poco del cierre de Los Tipitos con Campanas en la Noche. Ninguna sorpresa, solo hits para esta tarde. Incluso con La Macha de Rolando: Santa María, Cabron, Calavera, Arde la Ciudad… canciones que le dan un poco de accion al escaso pogo que presencio hoy. Por ese camino también encara No Te Va a Gustar abriendo un abanico de canciones que ya son himno de una fusión uruguaya – argenta. Mientras tanto, sube la temperatura con la llegada cada vez mas numerosa de cuerpos que llevan impreso en la piel un On the Rock. “Gracias a los que nos vinieron a ver, y a los que no nos vinieron a ver, gracias por el respeto. Fundamental.” Dijo el uruguayo antes de dar inicio el baile. Justo antes del esperado Andrelo tocan Los Auténticos Decadentes dándole ritmo y alegría a la noche con una lista integrada de mega-hits de 24 años de carrera. Somos, Como me voy a olvidar, Los piratas, Un osito de peluche de Taiwán, etc. Saltos que sacan polvo al suelo, literalmente. Cuando se siente palpitar los últimos temas es hora de ir despejando la cancha para buscar un lugar seguro cerca de la valla. Suena La Guitarra de fondo mientras nos hacemos paso entre los escasos espacios vacios que deja la gente entre cuerpo y cuerpo. Estamos lejos aun pero ya no se puede avanzar. La lógica de esto es el VIP, la fragmentación del campo, de tamaño vergonzoso. No queda otra que no bajar los brazos y hacer fuerza entre ola y ola de gente expectante y ansiosa. De a poco voy llegando a mi valla, la más barata, la que tiene mayor aguante y la mirada en flechas de un público que le grita insultos a los de adelante. Hasta que aparece él y la atención colectiva no es más que homogénea hacia un Salmon que traspira un rock star en cada centímetro de su ser vistiendo lentes y ropas negras.

Calamaro esta suelto, ya no detrás del piano como se acostumbraba a verlo, sino detrás del micrófono. Despegó con un abanico de canciones reconocidas, mechadas con repertorios de su pasado en Los Rodríguez, fragmentos de homenajes y más. Temas para no dejar de lado el “toca una que sepamos todos” con ejemplos sacados de la valija mas clásica: Mi enfermedad. Sorpresas para disfrutar como No Woman No Cry o Rosa Rosa entre Sin Documento y Las Tres Marías, tema tocado de la mano de “la línea fundadora de Los Auténticos Decadentes” invitada al escenario. Mas de lo nuevo, mas de lo viejo mueve a la multitud que lo quiere ver.
Calamaro esta excedido en agradecimientos y no olvida el contexto reciente. Para discurso y de manera emotiva recordara a un pibe que luchaba y no se fijaba en que tipo de marca de zapatilla llevaba puesto, a diferencia de la mayoría de lo que es su público. Así pidió “un minuto de silencio o de ruido furioso” en memoria de Mariano Ferreira. También recordó a Federico Moura y se lamentó “por no poder escuchar cantar a Gustavo Cerati”. Para finalizar ese momento con el publico a pura voz sin melodía, tal vez sin ganas, tal vez por respeto, tal vez por un enojo que con en el tiempo se va apaciguando un ,“como quieran”, saludo a Charly García por su cumpleaños. Lo que me hace sospechar la ignorancia del público presente cuando a viva voz gritan Ole Ole Ole Ole Charly. Mas recuerdos con Los Chicos para mostrar una fotogaleria de personajes emblemáticos que ya no están… todos gritan su nombre: Pappo.
Calamaro nos emociona. Antes del cierre la inigualable “Paloma” y el juego de siempre. Me voy pero no me voy, si quieren mas hay que llamar al ego del artista. Y este artista movió el alma de 40 mil personas con Estadio Azteca fusionada con Gracias a la vida, Crímenes perfectos y Flaca. Canciones que hicieron perder la voz a más de uno mientras articulaban cada palabra como si fueran ladrillos de estas composiciones, las más conocidas por todos. Asi se da cierre a la última fecha. Brazos que se bajan, luces que se apagan y una valla que, a pesar de todo, se extraña.

viernes, 15 de octubre de 2010

Noche en Villa General Belgrano



Oktoberfest...

Sumergiendo este retrasado transporte entre el mar de pastos verdes que con cada giro de neumático se hace mas y mas alto. De Córdoba a Villa General Belgrano hay una distancia de una hora y cuarenta minutos aproximadamente, un recorrido que atraviesa sierras, diques y puestos de la comida propia de las picadas. El lugar ya lo conozco y entre las casas a dos aguas y la decoración cada vez mas marcada entre coloridos jardines y madera, mucha madera, me voy preparando para bajar y formar parte de una fiesta diferente. Desplazándome por sus calles nuevamente siento que este lugar es un retrato idéntico de algún libro de colorear que seguro tuve de chica. Es que el exceso de madera que se presenta hasta en las publicidades, las casas pequeñas de techos rojos, esas sillas talladas con corazones salidas de la mas infantil película de disney, el arroyo que atraviesa el pueblo entre árboles, cascaditas y rocas, y las sierras custodiándola como si fuera un secreto guardado; me hace sospechar que estoy en algún cuento de duendes y hadas.
Pero Villa General Belgrano no es ningún secreto. En estas fechas de Octubre esta en boca de todos y el tinte infantil de un pueblo inocente se borra con la llegada de miles de turistas que buscan saborear las más deliciosas cervezas artesanales. Y a eso venimos, a disfrutar de una rubia Brunen bajo el techo a dos aguas de la fábrica artesanal que se encuentra en pleno centro.
Los pequeños micros vienen y van trayendo en manada a la gente que quiere viciar en el Oktoberfest, la fiesta de la cerveza en Argentina. Esta fiesta de tradiciones extranjeras toma lugar en Córdoba de la mano de sus fundadores. Villa General Belgrano fue fundada en los años ´30, por dos alemanes, Jorge Kappuhn y Paul Heintze y junto con la llegada de más familias provenientes del centroeuropeo dejaron marcadas costumbres en cada rincón del lugar, imitación de Munich. En la década del ´60, surge la Fiesta Nacional de la Cerveza, de la mano de los primeros inmigrantes que llegaron al pueblo. Además de la protagonista bebida, se puede encontrar la gastronomía con sus platos típicos y sus deliciosas tortas y todas las costumbres de Europa Central, como la música, los bailes, las fiestas, las artesanías y por supuesto, el idioma; que hoy veo representados en el escenario del Parque Cervecero.
Su protagonista no es barata pero se encuentra en todas sus variedades, colores, marcas y tamaños, a disposición en las múltiples cervecerías, artesanales e industriales, presentes en un sector del predio. Sin duda eso me genero un gran desencanto, esperaba ver mas carteles artesanales y pocos industriales, pero por lo visto no se puede competir con los gigantes llenos de quien sabe qué conservarte en sus lúpulos y cebadas.
Disfraces pintorescos y jarros cerveceros que cuelgan del hombro con su cinta color amarilla, negra y roja (como no podía ser de otra forma) invaden la calle principal convertida en peatonal y decorada con banderas de todas las naciones. Y con el tumulto de gente viene aparejada una ironía que no podía dejar de mencionar: en la fiesta de la cerveza no se puede (o no se debería) consumir bebidas alcohólicas en la calle. A pesar de eso, las horas pasan y los primeros cánticos se oyen desde todos los rincones. La noche es amena y la gente es una fiesta. Alegría, alegría, alegría. Es una noche diferente y divertida que no se sacia con el primer trago y busca en cada barcito cubierto de roble y pino un poco más de sol bajo la espuma.
A la mañana siguiente es poca la resaca y muchas las ganas de disfrutar de más sol, pero del sol de verdad. Aunque vinimos a la fiesta el cuerpo pide a gritos que haga algo que me haga sentir realmente en Córdoba. Conexión con la naturaleza, tomar distancia de la gente y, a pesar de ser turista en este fin de semana largo, tomar conciencia del viaje. Cerro de la Virgen. 240 metros colina arriba, empinados y molestos pero de sonrisa delicada que mira profundamente el horizonte y mucho más haya cuando lo verde se confunde con lo celeste. En la mezcla juntos abren un gran signo de interrogación y con los cánticos de la brisa me invitan a visitar lo inexplorado. Lastima que Buenos Aires a pesar de estar tan lejos esta tan presente y de a poco corta el tiempo de óseo. Egoísta y mezquina nos quiere solo para ella. Mejor bajamos y seguimos de joda, antes que el tiempo nos haga volver con un tirón. A bailar!

martes, 12 de octubre de 2010

Noche de pasada...

Me despierto bien temprano sabiendo que el primer día ya arranco o mejor dicho la primer noche como me gusta llamarlo a mi ¿Por qué? Por lo misterioso, divertido, intrigante y un sin numero de cualidades mas que en mi vida le atribuyo a la noche y a mis viajes. La juntada entre amigos, el tiempo de óseo personal, el momento ideal para la lectura, la película, una llamada por teléfono o cursar. Suelen decir que quienes nacen cuando el sol no esta viven toda su vida sufriendo una adaptación rigurosa a los horarios del sistema. Lo creo. Naci a las 00.30 y el horario de la tardecita a pleno sol siempre fue mi tortura y ni hablar del molesto amanecer con sus pájaros despertadores. Hermosos horarios para dormir una larga y profunda siesta (de ocho horas o más).
Noche: rica en inspiración ,como la musa más preciosa, tranquiliza, suaviza y despierta con su luna mi estado más natural. Y quisiera que sucediera eso esta noche pero no. Hay algo más genuino y verdadero en mí: ser mujer. Condición eterna que me condena otra vez para que junto con esta capsula de tiempo a ruedas de terciopelo incomodo hagan escraches totales con mi cabeza. Un viaje extraño de puro insomnio, frio y dolor. Odiando que lo físico condicione mi alma.
A pesar de las enormes pequeñeces que regulan mi ánimo hay detalles gigantes que me hacen sonreír. Que mas decir si ya estoy en mi provincia favorita. Mucho mas que fernet y cuarteto para mi. La cuna de los mejores recuerdos de la infancia, la adolescencia y mi actual juventud. Los faroles gigantes del cielo nocturno, luces diez veces mas brillantes que en mi hogar. Frases cantadas y tonadas que amo. Algún recuerdo infantil. Una ronda de cerveza con Luciano Galende y pibes de La bisagra en una fiesta en algún rincón del bosquecito de Ciudad Universitaria. Jugar a ser barman y por fin recostar aunque sea por tres horas este cuerpo pesado en posición horizontal. Tres horas fundamentales para disfrutar con ojos mas abiertos un desayuno, acordes con canciones, sueños con serpientes, hasta siempre cte... y abrazos de despedida. Fichas claves para darle pilas al principal destino… Villa Gral Belgrano. OktoberFest haya vamos!!

lunes, 4 de octubre de 2010

Noche de FuerzaBruta


Una tarde cercana disfrazada con una noche de viaje...

Advertencia: no recomendable para estructurados.

Personas dispersas se reúnen en un lugar común para ser participes de una experiencia fuera de la lógica del significado común que le otorgamos al termino “teatro”. Las puertas abren paso a una sala vacía inundada en color azul violáceo, rasgos de la luz ultravioleta que acompaña en perfecta armonía la frenética música electrónica. Una previa para entrar en clima.
Desde sus inicios en De la Guarda quise ser un espectador más pero por una razón u otra nunca lo había sido. Hasta que pude presenciar parte de su arte en el desfile de los festejos del Bicentenario Argentino en la Av 9 de Julio. Luego de ese Mayo me decidí finalmente a comprar la entrada. Y este viernes estoy acá sumergida entre sonidos artificiales pero que hoy, entre estas cuatro paredes negras de la Sala Villa Villa del Centro Cultural Recoleta, se sienten tan naturales.
Lo azul desaparece y nos deja ciegos. Todo inicia con el corredor. El primer impacto, la primera bala y un fuerte golpe a mi sensibilidad que se manifiesta en escalofríos en mis brazos y un querer interpretarlo todo. Pero no, FuerzaBruta pretende quebrar con el sometimiento intelectual del lenguaje y usar todos los medios posibles para manipular un camino a la liberación corporal a través de la sensibilidad del espectador. Y lo logra… al poco tiempo despego a una realidad paralela. Es poco, tal vez nada lo que pienso y mucho lo que mi agitado cuerpo bailante y saltarín siente entre los sonidos de murga. Ser protagonista. Esa es la tarea de los concurrentes, de lo que en un inicio parecía un mero público pasivo. Me entrego en un completo transe para formar parte de un hecho artístico. Es la diferencia entre presenciar y experimentar, la cual esta asegurada en el fácil contacto con el personaje y las imágenes. Es una fiesta a los sentidos entre murga, piletas flotantes, escaleras gigantes, personajes delirantes; que utilizan objetos tangible spara sumergirte en un escenario imperceptible.
El remate final lo tiene bajo la manga el DJ con su cascada inesperada en un rincón oscuro de la sala. Me empapo de pies a cabezas con una ducha para lavar del cuerpo a FuerzaBruta y volver al mundo razonable de lo mundano y cotidiano, fuera de los espacios libres que nos brinda el arte. Un espacio cómodo para seres sin vergüenza que explotan al máximo oportunidades divertidas y de imágenes bellas como estas.
A pesar de todo lo abstracto de este espectáculo es inevitable intentar encontrarle un sentido lógico a las imágenes móviles. Mi imaginación crece entre la interpretación de representaciones particulares como un embrión, una oficina, un sueño, etc; hasta otras más generales como la consumación de la promesa de la modernidad junto con la liberación del cuerpo… Y tantas otras que escucho camino al bar más próximo. Todas falsas, todas verdaderas.

viernes, 1 de octubre de 2010

Día en Ciudad del Este



Ciudad del Este
Demonios en mi cabeza, dolor, virus, bacterias. Que se yo. Intento ignorarlos pero me condicionan de los pies a la cabeza.
De todas maneras mis inquieta curiosidad es mas fuerte que cualquier ser unicelular que me quiera hacer doblegar. Aunque arrastre los pies, aunque finja sonrisas, aunque no compre nada.
A un lado la agencia con su micro lujoso. Esta tarde viajamos gasoleras en bondi y a pie. Hace calor mucho calor… por lo tanto mi cuerpo afiebrado pasa desapercibido entre las sospechas de mi mama que mira con preocupación mi cara cuando me oye tararear Capullo de Alelí, canción que siempre canto entre las pavadas pronunciadas bajo el efecto delirante del calor bajo la frente.
La aduana es un embudo que va solo en un sentido por la mañana y otro por la tarde noche. El tráfico es como un reloj de arena que se invierte cuando el último grano, el último rayo de sol, cae. Punto tripartito. He tenido más problemas para entrar a un recital que atravesando esta frontera.
Contaminación visual + contaminación sonora + trucho todo trucho = ¿La Salada? ¿Acaso Once? Parecida, muy parecida pero multiplicada por diez pisos mas. A un lado quedo la naturaleza también. Mas cemento polvoriento que acá imposible. Lugar en donde tres países y culturas parecidas pero diferentes se mezclan bajo un mismo letrero: Comercio. Boludese de bazar, ropa, electrodomésticos, electrónica, etc. Mercancías de diferentes tamaños, colores, pixeles, lentes y pantallas planas. Pequeñas joyas custodiadas por un estado que brinda su seguridad nacional al servicio de la mercancía ilegal en Ciudad del Este.
Pero dentro de lo trucho hay diferentes niveles. Todo el mundo te dice – En la calle NO!- . Adentro en el primer piso muchachas paraguayas vestidas con uniformes ridículamente provocativos como animes japoneses, adivinan precios entre dólares, reales y pesos. Arriba en Mona Lisa, ultimo piso, mujeres de traje negro venden en relucientes vidrieras Amoure by Kenzo, Gucci, Cannon y Panasonic.
Los turistas se ven encantados con los precios bajos. Pero para nosotras no hay tantas diferencias con los lugares antes mencionados. Quieren que gaste a toda costa pero no, no voy a comprar cosas que no necesito por el siempre echo de estar un par de pesos menos. La gente afluye por doquier para consumir y sacar provecho de la desnudes ignorancia, rusticidad del populacho que vende entre mercancías que nadie sabe de donde vienen ni a donde vuelan las divisas. Triangulo de las bermudas. La ciudad de la que todos hablan como extraña pero que a mi se me hace muy familiar.
Mejor nos retiramos antes que anochezca… fiebre fiebre fiebre!