jueves, 24 de junio de 2010

No las efemérides de un 25 de Mayo

Aniquilo nostalgias / cerro el palpito
Amontono cenizas / remendó cicatrices
Quiso borrar todas sus fechorías /
Pero menosprecio un detalle mínimo
Se olvido de olvidarse del olvido

Son las 10 de la mañana de un feriado nacional y para hacer honor al día que mejor que recordar un poco de historia en compañía de un mate y la voz de Evelyn Lamartine que nos relatará, no las efemérides de un 25 de mayo, sino otra historia dentro de la historia. La que compartió con Alice Domon y Leonie Duquet, mejor conocidas como las monjas francesas desaparecidas durante la última dictadura militar.
Luego de cruzar varios descampados de este humilde barrio de Astolfi finalmente Eve me recibe con una sonrisa. Miraba por la televisión los festejos del Bicentenario en Avenida 9 de Julio por Canal 7, el canal de aire que le da mayor confianza, “No salgo de Canal 7 desde ya” me confiesa. Tiene un aire cálido que conmueve y conforta al igual que un abrazo, con tantos años pero con un envidioso espíritu joven.
Nacida en el seno de una familia trabajadora socialista me cuenta que siempre se preocupó por el mundo obrero mientras crecía en los conventillos del barrio Once. Ese sentimiento por ayudar a los más necesitados fue lo que la motivó a convertirse en monja. Hecho que sus padres no comprendían ¿Cómo su hija iba a ser monja con lo que a ella le gusta bailar, el teatro o el cine?, pero por sobre todo no entendían como su hija iba a ponerse al servicio de la Iglesia del poder. Es que Eve no iba a ser una monja convencional, ella iba a formar parte de la Congregación de Misiones Extranjeras de Paris.
Me ofrece asiento, apaga el televisor y enciende su memoria para relatarme una historia de héroes y villanos. “Esta es la historia que vivimos todas” me dice.
Conoció a Alice en el noviciado de Paris junto a las integrantes de la Congregación con quienes convivió durante siete años. Ya en Argentina por aquellos años Eve era la madre superiora de la orden, que se encontraba distribuida en diferentes villas en donde sus integrantes vivían con, como y para los pobres con el fin de ayudar y transmitir el mensaje de Jesús. “No como los que muestran a Dios y en realidad no tienen Corazón” refiriéndose a la Iglesia tradicional que le había dado la espalda en el pasado.
Este compromiso que tenían con los más necesitados las llevo a involucrarse en Derechos Humanos con Madres de Plaza de Mayo. “Cuando paso el Golpe de Estado la gente acudía al obispado. La Iglesia de Santa Cruz, la cual conocía bien porque era de mi barrio, fue la única que se solidarizo con las mamás. Venían y decían – Hermana, mire que voy a desaparecer, no porque me lleven los militares, sino porque me voy así que por favor tranquilice a mi familia -. Así los mensajes se guardaban y se transmitían a las familias de los que estaban en la clandestinidad. Claro todo eso en algún momento se filtro.”, me confiesa.
El primer capítulo del terror fue en junio de 1977 cuando se realizó la procesión del Corpus Christi, el cual Eve recordará como si fuera ayer.”Nunca me voy a olvidar”. Leonie, Alice e Yvone, otra hermana, rezaron el rosario en la caminata desde Congreso a Plaza de Mayo junto a familiares de desaparecidos. Alice e Yvone fueron detenidas junto a otros manifestantes. Las llevaron a la comisaría 5ta de la calle Lavalle. Como madre superiora se presentó en cuanto se enteró de lo sucedido. “Tuve que poner cara de monja que escucha y agradece los consejos del superior porque el creía que yo también era uno más ¿Qué, me va a mandar a tirar al fango?”. Ironiza en una mezcla de indignación y risa mientras cuenta como la acusaban de no controlar a sus “subalternas”, “porque una cosa era darle a los pobres un pedazo de pan y otra muy diferente era ser subversivo” le decía un comisario. Al día siguiente las liberaron. Pero Yvone tuvo que regresar al día siguiente de la companía de Evelyn para una última intervención en donde le sugirieron volver a su país.
Luego de ese acontecimiento la Congregación se reunió y decidió apoyar a Alice, Leonie y Yvone quienes estaban más comprometidas con las Madres de Plaza de Mayo. Cuando quiere contar que les sucedió a sus compañeras ese día en la comisaría se produce un silencio nunca hecho y me viene a la mente el dicho “un silencio vale más que mil palabras”.
Un 8 de diciembre Evelyn se entera del secuestro de Alice y familiares de desaparecidos bajo el dedo señalador de Alfredo Astiz en la Iglesia de Santa Cruz. “Con su cara de ángel, como esa imagen en el evangelio de Judas”, lo califica indignada después de que Astiz se infiltrara en el grupo. Dos días después se llevaron a Leonie de la Parroquia San Pablo de Ramos Mejia. Yvone corrió con más suerte y logra salir del país.
Presentó los recursos de habeas corpus para ambas pero siguieron semanas de incertidumbre incluso luego del enterado por parte del gobierno de Francia. “Se estaba sabiendo en todo el mundo. No las iban a devolver si ya habían sido torturadas.”, reflexiona.
Me muestra la imagen de Alice, fotografía sacada en la ESMA para engañar a la vista internacional y culpar a los grupos clandestinos por la desaparición de las hermanas francesas. Miro la imagen y la famosa cara del Che que se asomaba en el marco mientras me cuenta como conoció a Videla diez años antes de lo sucedido cuando cuidaba a su hija Maria Cristina durante un campamento.
Evelyn se detiene, quiere hablar del ahora de momentos más felices. Cuenta con entusiasmo su participación en la Granja de rehabilitación del lugar y recuerda como con ellos participó de una entrevista hace cuatro años atrás por parte de unas periodistas de Clarín. “Unas chicas amorosas. Pero no eran de Clarín, ellas le dieron la nota, pero no eran de ahí” me aclara porque en el fondo le fluyen un sin números de sentimientos que se manifiestan en sus gestos. Me habla de esa época y la gran mentira de los medios. “La gente sospechaba pero la mayoría no era conciente de la masividad de la masacre. Cuando paso lo de Malvinas todos creían, claro que nosotras después de lo que nos paso no nos engañaba tal hipocresía, pero la gente creía”. Ella espera que salga a la luz el caso Noble para desenmascarar la gran mentira de ese tiempo que se extiende al nuestro.
La tarde termina en una fusión de risas, recuerdos y entusiasmos por lo que vamos a ver dentro de poco en la avenida 9 de Julio. Es el Bicentenario ¿Qué más? Es tiempo de ir levantando campamento para ir a la fiesta masiva y vivir momentos del hoy que serán memorias mañana.

El día o la noche en que le olvido estalle
Salte en pedazos o crepite /
Los recuerdos atroces y los de maravilla
Quebraran los barrotes de fuego
Arrastraran por fin la verdad por el mundo
Y esa verdad será que no hay olvido

Mario Benedetti

sábado, 19 de junio de 2010

Viaje a "Fotorragia"



Un recorrido un poco mas próximo.

Punto de partida

Después de una larga mañana de trabajo en San Miguel pocas son las cosas que me arrastran a hacer un viaje de una 1hs y 40 minutos, si el transporte así lo permite, a la “gran ciudad porteña”. Pero antes tomo un descanso de la rutina y deposito en el colchón los kilos de mas que se apilaron esta mañana en mis hombros. El sol va rotando, cae.
Cuando uno tiene compromisos que cumplir los minutos no bastan. El reloj parece el estadio y los segundos los corredores de una maratón. La ansiedad mata al sueño, el tiempo a los minutos y la distancia al lugar.
Finalmente, aunque sumergida en los bostezos de la almohada, entre caprichos de vagancia y deseos de sumergirme en el mundo de los sueños, me levanto.
Corro como siempre, corro como aquellos segundos del reloj. Ahora soy yo quien les hace competencia. Pero el final ya esta dicho, vacile en el punto de partida y los pronósticos gritan que llegare última a la meta de nombre “Retiro”.
Los días de invierno son cortos y las luces empiezan a arder mientras transito por esta frontera que junto a su avenida y vías de tren separa a dos mundos polarizados. A la izquierda burbujas de cemento y vidrio que engloban al consumismo y una gran vida capital diferente a la realidad de la derecha, residuo de la primera. De a poco me voy acercando. El paisaje se torna cada vez mas verde y descubro una mezcla armoniosa entre edificios antiguos como la Facultad de Derecho que me recuerda a las fotografías de la arquitectura de Grecia o Roma, plazas amplias y limpias vestidas de césped y árboles tupidos, las avenidas mas transitadas y la contemporaneidad de las colmenas de concreto y vidrio a la distancia. Bella, soberbia. Recoleta: la cima de las pretensiones.

Llegar a la meta

El Centro Cultural Recoleta se encuentra lleno de un público masivo y joven que curiosea entre las diferentes expresiones de arte que se expondrán hoy en la tercera edición del Festival Ciudad Emergente.
Este Festival organizado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, presenta nuevas manifestaciones artísticas en un amplio abanico estético y estilístico: rock, pop, arte callejero, animación, poesía, moda, cine y arte digital. La idea es mostrar las nuevas tendencias que se vienen.
A pesar de su amplia oferta, sin duda lo que tiñe con su estética a cada día es la banda invitada que cierra el bloque. Esta noche tocan Nairobi y Mad Profession que hipnotizarán con dub rozando el reggae, estilos volcados en sonidos orgánicos, rítmicos y pegajosos de instrumentos y mezcladores, con ecos y reverbs. Como consecuencia me encuentro rodeada de muchas rastas, gorros afros y más de la misma salsa. Un reiterativo color jamaiquino.
Un fugaz momento de desorientación y me dirijo a la razón que interrumpió mi siesta.
Busco entre las diferentes salas la exposición fotográfica “Fotorragia” de Martín Bonetto, en la que plasma una selección de fotos que muestra sus experiencias cotidianas dentro del mundo del rock y sus protagonistas. De esta manera, el autor describe la obra como “una hemorragia fotográfica entre el sexo, droga, rock n roll, la ciudad, amigos y familia…”.
La sala se encuentra llena. Intento apreciar cada fotografía pero el cruce con tanta gente poco me permite ver y solo hago una superflua reflexión sobre todo el recorrido.
La exposición tiene énfasis en la escena del rock y desnuda al rockstar en sus fotografías más cotidianas, aquellas que alejan a Fabiana Cantilo, Charly García y Babasonicos del cielo de la portada de revista y los acerca más al mundo de los mortales con álbumes de familias y amigos.
La fotografía de Gustavo Cerati hace que me detenga unos segundos más a apreciarla y con remordimiento recuerdo la famosa canción que unos meses atrás compartí con los fanáticos de Divididos y Luca Prodan en un recital. No es casualidad la puesta en escena (al igual que el título de esta crónica), a la gente el tamaño de la imagen les produce la misma sensación que unos segundos atrás freno mi camino a la salida.
Lo malo es lo obvio. El gentío satura. La mayoría no viene a apreciar esta exposición con exclusividad como es mi caso, sino que esta de paso, buscando un poco de todo. Es una muestra mas, no protagonista, entre tantas otras de este festival.
La experiencia cultural se simplifica con glamour y cotidianeidad en un mismo lugar que sirve de imán para los que buscaban dosis efectivas de distensión e imágenes rebeldes y bellas.
Todo termina y el último tren me pide que corra… otra vez los segundos vuelan y compiten conmigo.

viernes, 18 de junio de 2010

Noche en La Falda


Oscurecía. La noche arrimaba su presencia en la enorme sombra que invadía la laguna y el dique. A los lejos los últimos vestigios de luz de un sublime color rosáceo que acariciaba las sierras. De fondo que mejor que canciones de Sabina para recordar un amor que se encontraba perdido en ese preciso momento en los bordes del Amazonas ¿Qué estará haciendo? ¿Qué estará pensando? Y como un corto mi cabeza recorre las imágenes con todos aquellos que dejaron huellas en mi memoria.
El mate: mi compañía obligada, El Túnel: mi compañía seleccionada. La ausencia de comida hace que recurra a los sabores amargos de la yerba y el agua caliente para saciar el hambre. Mmm... Ese olorcito a pizza casera es mortal, hay que distraerse con un poco de baile folclórico y una larga pero superficial charla con turistas comunes.
“El turista se traslada, el turista no viaja”
- Maribel mira!!!!!!!!- Asustada pensando que seguramente otro escorpión llamo mi aterradora atención, o peor aun para su espanto: un sapo, recurre a mi exaltado llamado. Pero no era nada de eso. Se corto la luz de todo el lugar. No solo en el camping, en todo el distrito, y si alzabas la mirada: el espectáculo de una ventana al universo.
- Mira que con este cielo despejado va a llover… Lo dudo mucho –
Dos horas después: la carpa bailaba, el viento era aturdidor y la desesperación empezó con la alerta de una mujer gorda que gritaba a su marido – ¡Juan, va a llover!- El cielo caía literalmente porque no solo arrastraba agua sino que piedras del tamaño de una pelotita de ping pong intentaba hacer añicos nuestro refugio, el cual tratábamos salvar del derrumbe inminente. Me sentía en la película “Capitán de Mar y Guerra” cuando las aguas pretendían tragar al barco en una feroz tormenta. Sobrevivimos pero los cuerpos de la mañana, que deberían partir a nuevos destinos que indicaría la suerte del dedo en la ruta, se encontrarían totalmente derrotados.

jueves, 17 de junio de 2010

Noche en Tanti


Las noches son frías como los días calurosos en este sector del mar de olas verdes. Sierras, ¿que mas?. Es un pequeño pueblo pero de calles grises, indicio de que falta aun recorrer más para descubrir al pueblo pueblo entre los valles de las sierras. Nuestro primer camping, nuestra primera carpa. Entre las curiosidades, la ansiedad, la tranquilidad, la noche de luciérnagas, los sonidos armoniosos, melódicos; caminamos en silencio. Pensando en el ahora, no existe nada mas, solo el ahora. Es extraña esta sensación, como si no existiera el pasado y no importara el futuro. Caminamos en silencio porque no necesitamos decirnos nada, queremos estar solas con nosotras mismas y el lugar. No quiero compartirlo, el simple comentario arruinaría el momento.
Hasta que la ansiedad por diversión irrumpe y rompo el pacto con alguna frase irónica, extraña, sin sentido, absurda. Luego... ¿De donde sos? introducción clave para lo que sería una larga y amena charla con artesanos de la feria. Pero me falta algo. Es entonces cuando entramos a un bar que por casualidad se cruzo en nuestro camino. El único a la vista, el único con gracia. Sentadas en una mesa bebemos lo dulce de un simple gancia mientras de fondo una banda de rock da un espectáculo diferente. Lo curioso: son todas chicas y la cantante con su imponente voz hace que hasta la canción más masculina de Guns and Roses se oiga con gracia. Transmite la simpatía de una Barbie y la potencia de una guerrera amazónica; y para colmo es más chica que yo… ¿envidia? Puede ser, no voy a negarlo.
Mojo mis pies en el río. Canto. Más bien grito canciones de Fito Paez y Charly. Pasan 15 minutos, media hora. Pasan las horas y sigo bailando al compás de la música que viene del camping vecino y el croak de los sapos que asustan a mi compañera de aventuras. Tal vez porque soy una ridícula, tal vez porque esta todo tan oscuro que nadie me ve; pero lo cierto es que absolutamente todos me oyen.

miércoles, 16 de junio de 2010

Noche en Capilla del Monte


Es un lugar salido de una novela fantástica. Mezcla de magia, naturaleza primitiva y brillo. Decoraciones multiculturales con objetos extraños que expanden las paredes. Como si todos los mundos estuvieran encerrados en esta cajita llamada hostel. Y las personas, una más extraña que la otra, son el ingrediente justo para declarar al lugar “circo de viajeros”.

Mientras charlamos en el hall de entrada intercambiamos diferentes experiencias de vida con sonido de birimbao de fondo. La música, el viaje, el arte, el amor, la familia son nuestras materias en común. Gente particular, igual a uno pero diferente. Me siento algo incomoda y nunca pude descubrir que fue. En la comodidad algo hacia ruido.

Toda la pizza casera que en nuestras panzas pueda caber por solo 3 pesos nos dio un día más de ventaja para no llegar pronto a Buenos Aires. Pronto… en cualquier momento volver es pronto.

El birimbao calló y dio lugar a que la guitarra echara acordes improvisados sumados a la melodía de voces con frases de cadáver exquisito. La mezcla de palabras sin sentido como la cancion Por nos causo gracia pero otros, que le dieron coherencia a las rimas, callaron a todos para sorprender. En mitad de la noche ya cuando todos se ven satisfechos de pizza y Fernet me escapo a la cúpula de vidrio a ver una vez más las estrellas. Miro el paisaje desde el segundo piso. Tan dulce que enamoraba, tan lindo que conquistaba. El cielo era un sueño y la noche fría. Fumaba, soñaba, reía y dormía. Volvía a despertar y volvía a reír. Volví a despertar por ultima vez y era de día. La magia terminaba no quería irme de este abrazo nocturno pero era hora de abandonarlo e ir a caminar el mayor reto del viaje. Las sierras nos esperaban inmensas. El cerro Uritorco no se hace esperar.

martes, 15 de junio de 2010

Noche en San Marcos Sierra


El aire esta frío pero seco. Camino por el polvo duro de estas calles de tierra dejando mi huella como una más que paso por este pequeño paraíso del universo. Una huella mas entre muchas otras que vendrán año tras año y la modificarán en otras formas que se perderán con el paso del viento en el tiempo. La noche esta estrellada como pocas. Como aprecia uno lo que sabe que perderá en pocos días. Algo tan pequeño y efímero, del orden de lo cotidiano, nos es tan inmenso cuando nos detenemos a ver lo que nos falta. Reconozco a los míos por este pequeño detalle. Sí, a los de Buenos Aires nos encantan las estrellas y no paramos de mirar el cielo. Ojala fuera solo por eso que nos consideran unos nariz parada, pero tristemente denota lo soberbio, lo egocéntrico. Al menos con Santa Fe nos podemos guiñar el ojo fácilmente en este lugar que parece ajeno pero tan propio al mismo tiempo. Hasta que con una simple frase se rompe esta tensión de externo, extranjero, el otro…, aunque dicha frase en un primer momento te delate como el externo, extranjero, el otro… Es un doble juego de palabras, una doble dosis de sentimientos contradichos. Pero en el fondo no importa de donde venís sino el aura que trasmitís en una buena charla entre mate y guitarra.

Somos ligeros, hace frío. Llegamos. La oferta es amplia pero tan homogénea que satura, es decir, da lo mismo pero… ¿Dónde? Sentadas todas en una pequeña mesa en la calle, que ahora peatonal de plaza, nos empolvo los pies de suave tierra. La espuma esperaba que el destello de sol rozara los labios para que entre acentos cantados y secos de la misma lengua soltara eso… la lengua, para manifestar almas de viajeros descubridores de personas.

Salida de un cuento de hadas como la bruja de Blanca Nieves que ofrece la manzana envenenada a la bella niña, surge de la oscuridad amarilla de las luces de plaza, esta anciana comerciante de la hoja de la risa. Pero esta vez la niña no acepta la manzana.

Sonidos de candombe se confunden con la diversidad de la música de cada bar multicolor. Manchada de circo estaba la plaza ¿Cómo no participar de la fiesta? Las banderas ahora son mías y bailo al compás del reggae y las flameantes cintas prestadas por la Irupé, quien disfrazada de duende confiesa su verdadero nombre de ciudad: María.

En el patio cervecero las lenguas se confunden en una sola. La multitud charla mientras la banda de fondo invita al baile a los cuerpos ligeros, artísticos, divertidos, inmorales, los invita a ser libres por un breve momento de la presión que durante el año viven en el espacio del asfalto y las luces artificiales.

Uva más cebada. Combinación de lo elegante y lo barrial, de lo viejo y lo juvenil, de la cena y la fiesta. Mezcla que se vuelca en este ritual nocturno entre los incomprendidos que en lugar de ir a hotel, van en carpa, que en lugar de ir en micro van a dedo, que en lugar de valija llevan mochila ¿Por qué? Me preguntara la gente necia que se considera normal. Normal como uno me dirá un pibe dos meses después que no conoce la diversión de descubrir cosas nuevas. Gente normal, cobardes...

La música se apaga y todavía es de noche. Cuerdas para las manos ansiosas del músico surgen de algún lugar y entre diez nos vamos a la plaza para seguir bailando. Cantando nos vamos al río en un abrazo común para evitar tropezar entre las rocas de este camino oscuro y laberíntico.

Otra vez cortan las voces de esta noche. Mas al fondo nos aventuramos entre la naturaleza tranquila, los sonidos del correr del agua y las hojas que con la brisa nos acaricia.

“Gardeleando” un “Cobarde Para Amar” en “America del Sur”. Me hacen preguntar si Gardel vivió algo parecido. Y me lleva a reconocer la grandeza de algunos que extienden su recuerdo a lo largo del tiempo, no como la huella que hace 5 horas deje al pasar en ese camino de tierra y seguro ya fue modificada por alguien más. Hay algo eterno en eso. Inspiró a músicos y un día un grupo de estos decidió nombrarse sus hijos. Pero no del tango sino del rock. Esta noche esta presente en un fanático de esos hijos adoptivos que plasma en los acordes de estas cuerdas canciones que nos sirve de guía en la oscuridad de la noche.

Derepente la luna llena alumbra el río y éste como un espejo a nosotros. Miro a mí alrededor. Ahora somos treinta ¿de donde salieron? Bailan inmorales, lujurioso. Otros sentados sobre las piedras ven a la noche desaparecer y al sol alumbrar sus caras de sueño y bajada de cambio.

Todo el rock de Divididos dice lo mismo: da la vuelta y besame, besame y da la vuelta. Es lo que se oye en sus cuerdas.

Las estrellas desaparecieron.