sábado, 18 de junio de 2011

NTVG



La multitud espera excitada, se escuchan cánticos agitados que rompen esta ola de río intranquila. No, No te va a gustar, no te va, no te va, no te va a gustar…!!
Luego de haberse presentado en el Luna Park con entradas agotadas el río platense desaparece una vez más para fusionar estas dos tierras tan parecidas bajo el titulo de “Por lo menos hoy”. El punto de unión en este caso se presenta a unos pocos minutos del centro de San Miguel, la gente del conurbano se merece de vez en cuando rituales de esta magnitud, Jose C Paz es una fiesta.
Unas sombras se mueven en la oscuridad del escenario y las luces dan lugar a una de las bandas uruguayas más queridas en estos tiempos. NTVG esta contenta, la banda no desperdicia derroches de simpatía en cada acorde. Arranca su repertorio de canciones con Fuera de Control satisfaciendo de esta manera a la ola expectante con agite en la sangre; para que el público salte, para que cante, para que se canse y quiera navegar con este bote escondido detrás del escenario (tapa del disco) en una siesta delicada y sensual en el momento en que le cante como le encantaría “que estuvieras dormida y volver a verte reír”. El público femenino larga un mar de suspiros dulces y llenos de lujuria. “Que lindo que es” grita una chica. Emiliano baila a la par de su micrófono con movimientos lentos, con una voz más que seductora, con los ojos cerrados...
“Tocamos acá en el 2005, antes éramos 300, ahora somos más, eso esta bueno” Y el líder de esta banda tiene razón, ahora son más, muchos más.
NTVG esta excedida en alegría, en carisma y en simpatía. Y lo demuestra en cada sonrisa al público, en cada juego cómplice entre sus miradas, en cada palabra. El ejemplo sin duda de todo esto es quien canta cada tema como si fuera un fanático más, le canta al público como si esta masa de gente fuera realmente el artista en un escenario invisible pero presente: Denis Ramos tiene una sonrisa de oreja a oreja junto a su trombón.
La hora del descanso llega con la segunda parte del espectáculo y una introducción de instrumentos variados al escenario, un bombo, un chelo eléctrico, que abanican a una cuna que viene y va en un oleaje hipnótico junto a estas luces elípticas. Un regalo semi acústico con De Nada Sirve o Memoria del Olvido. NTVG nos demuestra su capacidad para abordar diferentes estilos entre ska, reggae, rock, y por supuesto candombe y murga. De esa forma llega Clara creando una atmósfera de comunión en el punto más emotivo de la noche.
Arde, arden las heridas. “No hace bien escuchar estos temas solita” me dicen al oído. La voz extraña tenia razón, el amor que esta banda desprende de sus labios es contagioso y te inunda de preguntas cuando cierran los ojos ¿A quien le estarán cantando? ¿Quién fue la razón de un corazón tan roto? “Voy a cantar un tema del nuevo disco, pensaba que me iba a costar memorizarla porque tiene unas partes raras… pero ahora la conozco mejor que muchos otros temas viejos”. Chau emociona, Chau brota escalofríos entre tanto calor. Mas de uno, más que cantar grita, más que callar silencia, más de uno llora. La música es universal y esta universalidad ancla en el río una identidad compartida donde el norte no existe y todo es Sur.
Y cuando ya todos pensaban que este ritual de Ruta 8 y 197 se acababa… “Espero que no se quieran ir porque faltan muchos temas” Suben la temperatura nuevamente y Emi provoca al publico preguntando “¿La gente de José C Paz baila?” para dar lugar a temas como Pensar, Cero a la Izquierda y un obsequio más que agradecido desde Todo un Palo de los Redondos.
Y desde ya, el juego de siempre, me voy pero no me voy. Es hora de llamar al ego del artista para que nos regale un brote más de tanto arte.
“Como nos vamos a ir si esto nos hace tan bien” dice el cantante.
Más de dos horas de sangre, sudor y lágrimas cancioneras.
Un poco más, un hasta pronto y nos veremos en otra ocasión quizás en Auditorio Sur…