
Cuando se asoman días más largos, más cálidos y celestes no solo mi ánimo se ve contagiado con el aroma a lavanda y laurel de la entrada de mi casa, sino que mis ansias sufren también cambios. Espontáneamente de vez en cuando aparecen niveles de impaciencia. Ya se que el tiempo pasa volando. El año ya termina. Pero no me basta tantearlo con las yemas de mis dedos, no me agrada hacer puntas de pies para poder rozarlo, quiero estar en fechas YA.
Y entre marañas en mi cabeza, pies inquietos y frescura de un aroma a noches de arabia por un baño reciente, me siento frente al libro gordo de petete virtual y tanteo con las yemas de mis dedos el próximo escape. El buscador de a poco combinara los símbolos correspondientes: NORTE ARGENTINO – BOLIVIA.
Miro desde estas ventanas los mares inmensos de sal, los caminos, las vestimentas, los colores, los paisajes y deseo ser yo la sombra proyectada por ese alguien en aquel ocaso extraordinario. Cuan impaciente estoy que hasta comienzo a marcar la ruta posible del recorrido, a buscar posibles lugares para armar la carpa, trenes, paseos y demás. Pero pasadas las dos horas un sentimiento de incertidumbre, de desinterés y aburrimiento invade mi ser. Quizás estoy dejando pasar algo importante. Pienso si me olvido de algo, si necesito una mochila nueva, a quien podría robarle la carpa por un mes sin que tenga miedo de que vuelva a perderla haciendo dedo, y sin quererlo vuelven a mi mente esos viajes…
Cierro las pestañas, cierro las ventanas, tiro el mapa en algún rincón de la jungla de mi cuarto para que se pierda y sacudo mi cabeza para olvidarme de cientos de cosas que intente memorizar. Esa incertidumbre era producida por esta actitud extraña de orden y de algo que sí había dejado pasar.
Me había olvidado que soy demasiado vaga para organizar cualquier cosa pero principalmente me habia olvidado que lo más divertido de todo esto era el motivo y el fin de viajar. Perderme, desorientarme, relajarme, desaparecer por un tiempo, olvidarme…
Lo único que necesito para programar enero es esta foto...
Ahora sí puedo ir a soñar dormida y tranquila, el tiempo asi pasará volando...